La Terapia Integral Acuática (TIA) es una forma suave y efectiva terapia corporal y rehabilitación que se lleva a cabo en agua caliente (35 ºC). Combina elementos de la manipulación de los tejidos blandos y del masaje, la movilización articular, la terapia de puntos gatillo, los estiramientos, la liberación miofascial y posicional, todo ello entrelazado dentro de una bonita secuencia de movimientos fluidos. En una sesión TIA, el cliente puede relajarse totalmente. La cara y la nariz permanecen fuera del agua, ya que son sostenidas por ella, los diferente flotadores acuáticos (utilizados cuando son necesarios) y/o las manos sanadoras del terapeuta.
Los efectos del agua caliente producen respuestas espontáneas en el tejido conjuntivo y el sistema nervioso autónomo, al igual que a niveles emocionales y energéticos. Esto conduce a un estado de relajación profunda y la disminución del estrés. En este estado, la liberación de las restricciones miofasciales y las adherencias articulares facilita el aumento de la movilidad general y específica de las diferentes partes tratadas y la apertura de nuevas vías neuromusculares.