A veces también lloro

bibiana

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El término llanto en general se describe cuando alguien derrama lágrimas en reacción a un estado emocionado. La acción de llorar se define como «un fenómeno motor complejo que es caracterizado por derramar lágrimas del aparato lagrimal, sin provocar ninguna irritación de las estructuras oculares».​
Hay una red neural biológica entre el conducto lagrimal y las áreas del cerebro humano implicadas con la emoción. Se cree que ningún otro animal puede producir lágrimas en reacción a estados emotivos,​ aunque es cuestionado por algunos científicos.

Dicho esto, acabo de hacer un curso sobre la Felicidad y la verdad es que me he quedado un tanto decepcionada, imagino que esperaba algo, quizás ¿alguna receta?, de ahi la decepción , conclusion : la felicidad es un proceso, un estado en lo que estamos en marcha, no es algo estático, es una búsqueda que dura toda la vida pero siempre has de estar con conciencia para seguir. La infelicidad es perdida de conexión que nos alejada de las ganas de seguir viviendo.
Recibo a muchas personas que lo están pasando mal y sin darse cuenta se están alejando de esas ganas de vivir que nos lleva a la felicidad, repito hay mucha gente que lo pasa muy mal y no es suficiente las frases de los libros de autoayuda, no voy a entrar en el concepto de ese extendido positivismo del todo a 100, que proclama porque yo me lo merezco.

Voy al grano lo que quiero compartir contigo hoy es este testimonio que me ha enviado una paciente del trabajo que hemos hecho, a mi me ha emocionado, incluso he llorado, no de tristeza sino de ese emocionarse que es conectarte a la vida, me siento feliz de poder contribuir a hacer la vida de las personas un poco mejor.

Ahi va .
«Me ha costado muchas semanas decidirme a escribir este testimonio, ya que hacerlo suponía recordar lo mal que me he encontrado los últimos 10 años, pero creo que es justo que otras personas que estén en la misma situación que yo, o en otras similares, lo lean y recuperen la esperanza.
Porque vivir más de diez años, desde los 30 años aproximadamente, en estado depresivo provocado por dolor crónico que en ocasiones se agudizaba hasta dejarme fuera de juego, no es fácil. Solo la medicación lograba que pudiera sentirme un poco mejor y que pudiera sobrellevar aquello que me había tocado vivir y que iba a acompañarme el resto de mi vida, o al menos eso pensaba yo.

Tras pasar por numerosos profesionales de la salud que me miraban con cara de póker, por médicos, fisios, osteopatas…. un día llegue a la consulta de mi dentista, ya que se me había roto una muela y tenían que quitármela, y cuando fui a abrir la boca, resulta que no podía abrirla más de tres centímetros.
Entonces me recomendó que fuera a un odontólogo especialista en ATM que me puso una serie de férulas para que pudiera abrir la boca. Yo pensaba que íbamos por el buen camino y que con esto la rigidez del cuello y el temblor del mismo, junto con los dolores, me desaparecerían ya que me había diagnosticado una disfunción de ATM con dolor oro facial que se iba pareciendo a lo que me pasaba.
Pero tras años con sus férulas y con los tratamientos de fisioterapia que allí recibía no sucedió el milagro. Me ayudaron a poder abrir la boca de nuevo y a mantenerme más o menos bien los tres o cuatro días siguientes a la sesión de fisio. Pero lo demás seguía igual.
Yo pasaba los días soñando con que llegara la siguiente sesión de fisioterapia a la que solo tenía derecho una vez al mes. Eso sí, seguí todas las indicaciones y consejos que me dieron, ya que no era la primera vez que los escuchaba, como… dejar mi trabajo, ya que me estaba perjudicando físicamente; dejar de conducir, comer dieta semi-blanda, dormir con dos almohadas y siempre boca arriba, no hacer esfuerzos ni nada que pudiera agudizar mi mal estar…
Así fue como poco a poco me fuí debilitando. Mi postura cerrada y encorvada hacia adelante no hacía más que favorecer el aislamiento físico y social que me provocaba tanto mal estar.
Con el paso de los años me crucé en el camino de una fisio que tenía mucha experiencia en el área de rehabilitación y le comenté lo que me ocurría, entonces me habló de Bibiana Badenes, una fisioterapeuta que trabaja en Benicassim y también me habló del Rolfing™. Me dijo que su marido tenía problemas en la ATM y que había ido a la consulta de esta chica y le había ido fenomenal.
Y no se si fue porque me inspiró confianza o porque yo ya estaba desesperada, pero decidí llamar a Kinesis y concertar cita, aunque tuviera que coger el tren y hacer una hora de viaje de ida y de vuelta, decidí hacerlo.

Las primeras citas con Bibiana fueron espectaculares, me escuchaba sin juzgarme, incluso parecía que me comprendía y que creía todo lo que le contaba, algo que todavía nadie me había demostrado hasta esa fecha. Esto es lo que tiene el dolor, que no se puede medir y no aparece reflejado en ninguna prueba, por lo que es imposible de demostrar.

Pero eso no fue todo, las primeras sesiones de Rolfing™ sirvieron para que el cuello se me desbloqueara. Yo no podía dejar de llorar en las sesiones porque sentía alivio y comenzaba a ver la luz. De nuevo la esperanza que ya había perdido aparecía ante mis ojos. Todavía hoy me emociono al pensarlo.

Bibiana me dijo que no había nada mal, que mi sistema nervioso se había hecho un poco de lío que tenía que entender mi dolor y los síntomas porque estaba iniciando una distonia.
Un año después de asistir a Rolfing™ con Bibiana y a sus cursos de inteligencia corporal soy otra persona.
Ya no tengo dolor crónico. Ya no me tiembla el cuello. Ya tengo movilidad total del mismo y me tomo la vida de una manera muy diferente; antes me cuestionaba si vivir así tenía sentido. Ahora saboreo cada minuto y disfruto de la felicidad que me proporciona el sentirme bien en mi cuerpo, en mi entorno y con mi gente.
Sin ninguna duda asistir a la consulta de Bibiana Badenes y realizar todos los días los ejercicios que me ha enseñado me ha servido para sentirme bien y no depender de un fisio nunca más, ya que conozco mi cuerpo y he aprendido a escucharlo y a entenderlo.
Un millón de gracias Bibiana Badenes.»

A veces yo también lloro, no se puede explicar, sale de dentro.

Que tengas un buen dia

Bibiana Badenes

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